Diario de un ateo

Uno de los principales argumentos de los defensores de la homeopatía consiste en afirmar que esta «medicina alternativa» es completamente segura, tal es así que el «European Council for Classical Homeopathy» presentó hace tiempo un informe (por supuesto no avalado por ningún científico independiente) en el que se indicaba que la homeopatía era segura de usar y sin prácticamente efectos secundarios. En principio una verdad de Perogrullo puesto que ¿qué efectos secundarios pueden tener unas pastillas de simple azúcar o un jarabe que únicamente contiene agua y excipientes? Inciso, aunque esta última afirmación no es del todo cierta puesto que se han descrito efectos secundarios asociados a la simple administración de un placebo, señal de que el poder de sugestión de la mente es muy potente. Pero volviendo al tema que nos ocupa, en realidad parece ser que no todo está tan claro en el mágico mundo de la homeopatía. 

Para comprobar la supuesta seguridad de la homeopatía, publicitada tan universalmente por parte de un colectivo que no olvidemos se juega mucho dinero en el asunto, un grupo liderado por el Dr. Edzard Ernst (quizás el único estudioso proveniente del campo de las «medicinas alternativas» que utiliza adecuada y rutinariamente el método científico) realizó una revisión sistemática, de todos los estudios divulgados en los últimos 30 años y accesibles en las bases de datos científicas, que fue publicada en una revista de investigación. Y los resultados obtenidos son cuando menos curiosos, porque resulta que se ha encontrado que de los 38 estudios analizados, en 30 de ellos se encontraron efectos secundarios directamente achacables a los remedios homeopáticos y en 8 de los mismos los efectos secundarios fueron debidos a la sustitución de la terapia convencional por la homeopatía. Los efectos secundarios más comunes fueron las reacciones alérgicas y las intoxicaciones, desde síntomas leves hasta enfermedad grave como pancreatitis, desórdenes del comportamiento o disfunción cardiaca o pulmonar, e incluso se describen cuatro fallecimientos [1, 2 y 3]. Como indican los autores del estudio, en homeopatía es normal partir de preparaciones de elementos químicos muy tóxicos como arsénico, cadmio, mercurio o talio, derivados del petróleo como el queroseno que se utiliza habitualmente como combustible, bicromato potásico (que es un oxidante muy fuerte) o extractos de plantas muy tóxicas como la belladona o la estricnina por contener potentes alcaloides (hace ya tiempo expuse en una entrada de este blog la «composición original» de algunos de estos remedios homeopáticos). Sustancias todas ellas que pueden ser muy peligrosas si no están altamente diluidas. Y aunque múltiples compuestos homeopáticos estuvieron implicados en estos efectos, el «Rhus toxidendron» (hiedra venenosa de la familia de las Anacardiáceas) fue el preparado más frecuentemente detectado como causa de estos efectos secundarios. Será porque según la pseudofarmacopea homeopática lo «cura» prácticamente todo y su uso estará muy generalizado.

Así que en resumen, si las multinacionales homeopáticas como Boiron hacen bien su trabajo, venden agua y azúcar a precio de oro para solaz de ignorantes, pero cuando se equivocan en sus protocolos de dilución venden supuestos remedios con suficiente cantidad de tóxicos o venenos que pueden hacer enfermar o hasta matar a sus incautos clientes. 

P.D:

Y de regalo un par de divertidos videos sobre el tema.