Los creyentes son seres tan infantílmente especiales que viven en una perpetua contradicción: todo lo bueno que pasa en sus insulsas y más que anodinas vida es gracias a su dios particular, sin embargo esa misma deidad nunca jamás es culpable de las tragedias o los sinsabores de la vida.
Y quizás no haya ejemplo más llamativamente absurdo de la (i)lógica religiosa que cuando se trata de salud, tal y como lo muestra más que divertidamente este video aunque en el fondo este estúpido comportamiento de los creyentes quizás sea la mayor ofensa que un profesional con décadas de experiencia y que se ha dejado media vida estudiando pueda recibir de un analfabeto semidemente.
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