Aunque se haya dicho por activa y por pasiva ser
milmillonario no es sinónimo de inteligencia, solo de parasitismo y de
cleptomanía. Y el último ejemplo es el billonario Peter Thiel, un “emprendedor”
que hizo su fortuna con el también particular Elon Musk.
Así este billonario ha demostrado más allá de toda duda razonable, como se dice en el cine judicial estadounidense, que es un cretino cristiano integral porque va por el mundo dando charlas “privadas” en las que explora
“las dimensiones teológicas y tecnológicas del Anticristo”
mientras gana miles de millones de dólares a través de sus empresas tecnológicas vigilando, persiguiendo y humillando a todo aquel que ose enfrentarse a la cada vez más omnipresente dictadura cristiano fascista de los EEUU y si no ponemos coto, del resto del mundo “libre”.
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