Sin embargo no hay que ser Premio Nobel para observar que en realidad la religión siempre ha sido una forma muy efectiva de enfrentar a los seres humano: islámicos frente a cristianos, sunitas contra chiitas, católicos frente a protestantes, cristianos contra judíos, judíos contra musulmanes. Y por supuesto todos ellos contra los ateos.
Y esto es así porque como cada religión lleva aparejada la única y verdadera revelación divina, todo aquel que no la acepte está negando la perfección celestial y por tanto no solo puede ser castigado sino que debe ser exterminado.
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