A nadie le importan (salvo a los psiquiatras) los que
afirman haber sido abducidos por los extraterrestres y los que rigen sus vidas
por la Astrología son vistos con asombro pero también con un poco de pena por
su evidente simpleza. Y así sería con los religiosos si simplemente adoraran a
un becerro de oro o a una serpiente emplumada, si comieran carne o pescado o fornicaran solo de una manera determinada siempre que lo hiciera en el ámbito
privado.
Pero el gran problema con la religión, es que los pobres estúpidos miembros de los diferentes rebaños religiosos intentan imponer sus disparatadas creencias al conjunto de la sociedad y convertir en ley lo que únicamente son despropósitos de enfermos mentales. Y es por ello que son tan peligrosos.
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