Los mediadores de lo divino se enfrentan a una curiosa
paradoja: son los representantes en la Tierra de seres sobrenaturales y todopoderosos
pero sin embargo, por alguna incognoscible razón necesitan parasitar el dinero
de los estúpidos creyentes.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
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