Los religiosos afirman que las supuestas deidades escuchan
sus insignificantes y patéticas peticiones. Pero es evidente que, para una
mente omnisicente que controla el pasado, el presente y el futuro (como así lo
afirman los creyentes) rezar es superfluo porque esa divinidad ya sabía hace
decenas de miles de millones de años antes siquiera de que la Tierra se formara
que este o aquél mono bípedo iba a pedir algo y ya había decidido de antemano
sí iba a atender o no su patética y egoísta petición.
Pero es que además, nadie ha encontrado evidencia plausible alguna de que rezar a la serpiente emplumada, a la virgen adúltera, al dios cocodrilo o a San Apapurcio mártir sirva para algo más que para perder el tiempo y dar una infantil justificación a esos pobres y patéticos ignorante que antes de enfrentarse a la realidad se esconden en un oscuro templo a mostrar su manifiesta estulticia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario