Los infantilmente ignorantes de los cristianos suplican al siempre inclemente dios judeocristiano por patéticas y egoístas nimiedades, pensando (lo que cual es mucho decir) que van a ser bendecidos con la curación milagrosa de sus hemorroides o de su dolor de espalda, pasando por delante de todos esos cientos de millones de piadosos que sufren lo indecible por hambrunas, conflictos y guerras o los más horrendos cánceres.
Por eso, tal y como muestra muy irónicamente el siguiente video es posible que esas estúpidas súplicas impidan que el nazareno milagrero dedique sus esfuerzos a terminar de una vez por todas con los males de la humanidad.
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