Los creyentes, en su indolencia intelectual, observan el
Universo y ante la falta de una explicación rápidamente asumen que todo debe
haber sido creado por una deidad, judeocristiana por supuesto.
Pero como bien indica Richard Dawkins en el siguiente video,
si es difícil comprender que dio origen al Universo, el problema se hace
irresoluble si se incluye en la ecuación la existencia de una deidad que por
definición debe ser mucho más compleja e inabarcable que el propio Cosmos que
supuestamente creó.
Y ya si se supone que ese dios bajó a la Tierra a violar a una jovencita judía para poder tener una “relación personal” con todos y cada uno de los descerebrados miembros del aborregado rebaño cristiano, pues apaga y vámonos.
Lemaître , “Creo que quien cree en un ser supremo que sostiene cada ser y cada acto cree también que Dios también está oculto, y puede alegrarse de ver cómo la física actual proporciona un velo que oculta la creación”, manuscrito inédito, 1931. Para el abad Lemaître, esto era muy atractivo porque justificaba la creación ex nihilo introducida por Santo Tomás como credo. Para muchos otros investigadores, esto fue bastante embarazoso, ¡ya que rara vez se menciona a Dios en la literatura científica! . Por contra el activista ateo Jean-Claude Pecker dudó de este modelo dominante hasta el final de su vida. En una entrevista publicada por la revista Ciel et Espace en diciembre de 1995, declaró: “…soy ateo y cuando en 1951 el Papa vio en el Big Bang el fiat lux de los orígenes, me resultó difícil soportarlo. Todo el mundo científico está de acuerdo […] Este corrimiento al rojo de las galaxias no tiene la expansión como única explicación posible. También podría ser el resultado de una pérdida de energía luminosa”. Una idea que saca a la luz, con Jean-Pierre Vigier como promotor, dentro de una teoría llamada “fatiga ligera”. “Este espíritu crítico, lleno de ideas, caracteriza a Jean-Claude”, explica Suzy Collin-Zahn, astrofísica y especialista en cuásares del Observatorio de París. Hay que decir que en aquella época era perfectamente legítimo cuestionar el modelo del Big Bang. Pero continuó aferrándose a su idea incluso cuando se le proporcionaron pruebas observacionales del Big Bang”.
ResponderEliminarEn resumen, que a los religiosos únicamente os queda ya la época anterior (si es que existió) al Big Bang. Poca satisfacción desde aquella época en la que vuestro dios supuestamente estaba contando hasta los gorriones. Porque eso de mandar un diluvio o destruir ciudades impías, nada de nada.
EliminarY por cierto, esta ya ultimísima trinchera también caerá como todas las demás.
El modelo estándar del Big Bang, aunque sólidamente probado y establecido, molesta mucho a algunos científicos, como una piedra metafísica en su zapato materialista. Cómo deshacerse de él? ¡Desarrollando teorías alternativas! Ninguno, sin embargo, ha resistido la prueba de los hechos y la verificación. O se han visto invalidados o no superando la etapa de andamiaje intelectual al que es imposible dar indicios de confirmación. En 1929, la teoría de la luz cansada, o "fatiga de la luz" , intentó negar la expansión del Universo deducida por Hubble y Lemaître del corrimiento al rojo de las galaxias lejanas, prueba de un efecto Doppler que indica que las fuentes de luz se mueven hacia atrás. relativo a nosotros. El astrónomo
Eliminarsuizo-estadounidense Fritz Zwicky adoptó el punto de vista opuesto a esta teoría al postular que el desplazamiento hacia el rojo se debía a una pérdida de energía de los fotones que recorrieron distancias enormes, de ahí el nombre de "luz cansada" » propuesto por Richard Tolman en 1929. Esta teoría fue apoyada hasta 1978 por el francés Jean-Claude Pecker, miembro de la Academia de Ciencias y de la Unión Racionalista. Perseveró durante mucho tiempo a pesar de los hechos e incluso firmó una carta en 2004 contra el modelo estándar del Big Bang. Pero las observaciones realizadas en los años 1990 por el satélite COBE permitieron invalidar definitivamente la teoría de la luz cansada.
El Big Bang "molesta" por lo que es: una singularidad en donde todo lo que sabemos de Física no tiene sentido ya que no hay espacio, no hay tiempo, no hay materia, no hay leyes físicas. Por tanto es evidente que ningún científico (no solo algunos como tú dices) esté satisfecho con el hecho de tener algo que no podemos explicar de ninguna manera, por ahora. Ya que si algo ha demostrado la Ciencia es que tarde o temprano ese fenómeno complejo e incognoscible que los más simples de mente han achacado a Dios, tras los correspondientes experimentos y análisis “de pronto” queda perfectamente explicado.
EliminarPor tanto, esos intentos que indicas y otros muchos son solo parte natural del proceso científico hasta poder llegar a una solución válida al problema.