Un poco de humor sirve para desenmascarar es totalmente perversa doctrina católica, en donde tras innumerables crímenes los peores asesinos y genocidas puede germinar gozando durante toda la eternidad mientras que buenas personas, por el mero hecho de haber nacido en otro tiempo y en otra cultura diferente al rancio catolicismo deberán purgar sus “pecados” en el Infierno por toda la eternidad.
¡menos mal que todo esto es solo un cuento para semideficientes mentales!
Este asunto de que los peores asesinos y genocidas puedan ir al cielo si se arrepienten a última hora de sus crímenes, me recuerda a una escena del anime Dragon Ball Z, cuando el personaje de Dabra, el Señor de las Tinieblas, es muerto por Majin-Boo y al ir al otro mundo, el Gran Rey Enma (un gigante con piel roja y cuernos, muy amigo de Goku) le dice: "no puedo enviarte al infierno porque te sentirías como en casa, así que tu castigo será mandarte al cielo". Así que los muy malvados ni siquiera necesitan arrepentirse para ir al cielo porque Dios no permitiría que disfrutaran de su estancia eterna en el infierno, y el cielo sería un castigo para ellos.
ResponderEliminarPor cierto, hay un relato de Ted Chiang (el mismo que escribió también el relato en el que se basó la película "La llegada") que trata sobre este tema, "El Infierno es la ausencia de Dios", y que explica en clave de ficción lo que consistiría el "infierno" de verdad. Recomiendo su lectura.