Uno de los momentos más racionalmente ateos de toda la filmografía mundial es ese en el que la protagonista de la muy recomendable serie "Orange is the new black" indica que es más que miserable creer en un dios
que manda el cáncer como lección de vida o que hace que los niños mueran para
llenar el Cielo de "angelitos".
Y mientras tanto millones y millones de descerebrados imbéciles cristianos rindiendo arrobada y ofensiva pleitesía domingo tras domingo para que su equipo de fútbol gane a los del pueblo de al lado o para que una vieja monja demente sea curada de sus incómodas hemorroides.



No hay comentarios:
Publicar un comentario