Y es por eso que los peores crímenes se han podido producir, incluso contra familiares e hijos, sin ningún reproche porque así lo ha ordenado la inapelable “voluntad divina”.
Y este servilismo completamente amoral viene de serie en el cristianismo, mucho antes incluso de que el nazareno demente vagara ociosamente por los pedregales palestinos, ya que todo este feo asunto fue inventado por unos profetas circuncisos totalmente desquiciados capaces de fabular ese terrible mito (a)moral de un padre capaz de asesinar a su propio hijo porque así se lo dictan las voces de su desquiciado cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario