La religión es el medio más eficaz de convertir a una
persona normal en los peores asesinos tal y como muestra la historia con la
Inquisición, las cruzadas o los terroristas bombas. Pero incluso cuando una
religión predica el bien, como lo hace de manera absoluta termina convirtiendo
a sus adeptos en perfectos dementes.
Y como explica muy didácticamente Sam Harris en el siguiente video con el ejemplo del jainismo, la máxima bondad de intentar no hacer daño a nadie, sea este nadie una persona, una vaca y hasta es más minúsculo insecto deriva inexorablemente en un delirante comportamiento obsesivo (puesto que viene dictado de manera inexorable por una deidad) que termina dañando mentalmente al verdadero adepto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario