El hecho de que millones de pobres descerebrados recen y
recen constantemente para informar a un dios supuestamente omnisciente que sufren
o que mueren y que nunca sean respondidos es prueba de que solo hay dos opciones
posibles.
O ese dios no existe o es un dios cruel y malvado que aunque conoce
el inmenso dolor que sufren sus criaturas no quiere hacer nada por aliviarlo.
Esto último es pura y dura tortura y no tiene ningún tipo de justificación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario