La religión dice “explicar” todo: el cosmos, la vida, la naturaleza,
el origen y el destino del hombre, pero en realidad no revela nada.
Algo
absolutamente normal cuando los tan famosos como inexactos textos “revelados”
fueron en realidad el resultado de las alucinaciones (cuando no directamente del
abuso de psicotrópicos “naturales”) de profetas analfabetos y muchas veces
psiquiátricamente inestables.
Y sin embargo, a día de hoy, en pleno siglo XXI miles de millones de ignorantes siguen aferrados a esas supuestas “verdades”, que en realidad son completamente erróneas.
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