Una de las mayores estupideces del cristianismo (y todos sabemos que casi son infinitas) es presentan
en toda la larguísima imaginería cristiana a un Jesucristo blanco y rubio,
cuando era un judío más de su época. Si ese hubiera el caso a su madre la
hubieran apedreado por adúltera sin ninguna dilación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario