El que después de que miles de romanos persiguieran (con
saña muchas veces) a los cristianos solo uno de ellos: el famoso Saulo de Tarso
(y únicamente después de su accidente equino) viera al nazareno zombi es la
prueba más contundente de que el cristianismo está basado en una pura y dura
enfermedad psiquiátrica.
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