Los cristianos llevan dos milenios contando una sarta de
estupideces basada en la existencia de un dios cruel, celoso y egomaníaco que
fabrica a humanos deficientes, que por su corta inteligencia somos incapaces de
cumplir las expectativas divinas, hecho que provoca la cólera de la deidad que
nos castiga con todo tipo de sádicos métodos: enfermedades, hambrunas,
cánceres, epidemias, terremotos, tsunamis, inundaciones, plagas, etc. etc. etc.
Y luego tras infinidad de siglos de tortura decide que ya es hora de perdonarnos, viola a una jovenzuela judía para encarnarse en humano, se pasea unos años por los pedregales palestinos, se deja torturar y muere horriblemente con el propósito de perdonarnos de un supuesto pecado frutal cometido por seres imaginarios.
En resumen, toda la teología cristiana se reduce a un triste ejemplo de un turbio problema familiar de un ente claramente desequilibrado del que los humanos deberíamos alejarnos lo antes posible por nuestra propia seguridad mental.
Cómo ateo como explicarias la maldición divina sobre la reconstrucción del templo de Jerusalén? A veces, Dios castiga a los soberbios, desde Juliano el apóstata hasta Pedro Sánchez el saunas; I recently discovered an extremely fascinating historical event I had never ... https://joshuatcharles.com/blog/2019/3/13/did-god-prevent-the-rebuilding-of-the-jewish-temple
ResponderEliminaralfonso
EliminarDentro de la infinidad de delirantes y estúpidos comentarios que me has mandado a lo largo de los tiempos creo que este que mezcla el tempo de Jerusalén, con Juliano el Apóstata y Pedro Sánchez "el saunas" ¡que "inteligencia" la tuya! merece un lugar destacado como ejemplo de la más risible idiocia católica. Es por eso que lo he publicado para que quede constancia cibernética de tu "pensamiento", algo que es probable que avergüence a tus descendientes durante décadas si logran desarrollar algo de raciocinio fuera de tu analfabeta tutela.
Y luego alguien se sorprende cuando afirmo que personas como tú no están capacitadas para ejercer el derecho de voto, porque un bonobo (o ya puestos un ficus) lo haría de forma más racional.