Dejando de lado esta soberana estupidez de dios uno y trino,
los católicos se han convertido en una religión totalmente politeísta en donde
además de las decenas de miles de semidioses llamados santos, no solo hay una
cuarta deidad encarnada en la famosa adúltera judía, sino que como muy bien
indica el siempre acertado Richard Dawkins los católicos han multiplicado su
politeísmo original en toda una pléyade de variantes marianas: del Carmen, Fátima,
Guadalupe, Inmaculada Concepción, Lourdes… hasta un total de 23 nuevas deidades
femeninas ¡ríanse ustedes del panteón griego!
Y eso sin contar con la casi infinita lista
de serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades,
principados, arcángeles y ángeles de bajo rango que pululan por el Cielo
y que pueden atender (o no) las súplicas de los imbecilizados
cristianos.
Pero eso sí, que quede bien claro que los católicos
únicamente adoran a un único dios, trino por supuesto ¡menuda risa!
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