Es habitual oír el falaz argumento de que las creencias
deben ser respetadas en todo momento y condición, sin posibilidad alguna de
crítica o de mofa. Sin embargo, la mayoría (si no todas) de las ideas y
comportamientos religiosos son en el mejor de los casos estúpidas cuando no
directamente demenciales.
Y para poner en evidencia esta absurda tolerancia hacia las
diferentes religiones se inventó allá por el año 2005 en los EEUU el pastafarismo, movimiento
paródico con los ingredientes de una nueva religión ¡Alabado sea el Gran
Espagueti Volador!, utilizado como revulsivo para dejar en evidencia los
absurdos privilegios de los creyentes.
Y con el paso del tiempo este movimiento sarcástico ha ido creciendo
en todo el mundo, poniendo en aprietos a los gobernantes de diferentes países al
tener que lidiar con un nuevo conjunto de estúpidas reglas, que por simple
neutralidad democrática no pueden ser despreciadas. Así ya comenté hace algunos
años que diversos ciudadanos hartos de los privilegios religiosos decidieron
pasar a la acción y exigir
sus "derechos pastafarianos" en igualdad de condiciones con respecto
a otras religiones tan dementemente desatinadas como el remedo recién
inventado pero con más solera.
Pues bien, esta semana pasada se ha conocido que otro
ciudadano, esta vez de la lejana Nueva Zelanda ha conseguido en nombre de
la neutralidad religiosa que se le acepte aparecer en su flamante carnet de
conducir con un colador azul de esos que se utilizan habitualmente para escurrir
la pasta alimentaria después de su cocción, ya que es el tocado diferenciador
que Nuestro Señor, el todopoderoso Gran Espagueti Volador ¡Bendito sea su
nombre por toda la eternidad!, creador del Universo conocido y del Multiverso
aún por descubrir, ordenó llevar a todos sus seguidores para que se
diferenciaran claramente de esos millones de impíos, apóstatas y herejes, que
adoran a falsos ídolos de pretéritas y oscuras épocas.
Así nuestro protagonista de las antípodas ha declarado que
"Simplemente estoy exigiendo los mismos privilegios otorgados a los que afirman creer en un hombre mágico en el cielo. Ellos pueden usar prendas religiosas en la cabeza"
y claro, las autoridades neozelandesas han tenido que tragar
con semejante descarnado cachondeo, porque lo contrario hubiera sido un flagrante caso de
discriminación religiosa, y permitir que este señor muestre orgulloso su
colador diferenciador, que le asegura un cielo con volcanes de cerveza helada
servidos por exuberantes strippers de ambos sexos, para cubrir cualquier
apetencia carnal, a gusto del consumidor. En fin, ¿no me digan que este cielo
no es muchísimo mejor que su soso y aburrido equivalente cristiano, lleno de angelitos
dando la murga con sus liras por toda la eternidad?
Jeje, otra vez coincidimos en el cubrimiento de un tema: http://de-avanzada.blogspot.com/2014/06/pastafari.html
ResponderEliminar¡Un saludo!
David
ResponderEliminarEs que son tan enjundiosos y tan irónicos que sería imperdonable que no los comentáramos.
La pena es que no salgan en abriendo los telediarios de las cadenas de TV de todo el mundo para ver si así la gente empieza a razonar un poco.
Es que el patafarismo es la verdadera religion y a ver el guapo que demuestra lo contrario
ResponderEliminarManuel
ResponderEliminar¡Alabado Sea el Gran Spaguetti Volador!
Alabado seas Mobesvol, y benditos sean tus apéndices tallarinescos
Eliminar¡Alabado Sea el Gran Spaguetti Volador ! Alavoleado en las altura ¡Si señor!
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