La Biblia es en realidad la palabra y la obra del Demonio

Cualquiera que lea la Biblia con un mínimo de espíritu crítico solo puede llegar a una inevitable conclusión: lejos de ser la palabra de un dios benevolente es la obra de una entidad claramente malévola: cruel, sanguinaria, celosa, egoísta y egomaníaca en grado sumo. 

Porque el dios de la Biblia es capaz de torturar y matar a los nietos por los “pecados” de padres o incluso de los abuelos, torturar psicológicamente a un padre haciéndole asesinar a su propio hijo, que manda matar a hombres, niños y ganado de los pueblos vencidos mientras ordena violar a madres e hijas de los asesinados, que manda plagas que martirizan y matan a todo ser vivo de Egipto en lugar de castigar al faraón, que destruye dos ciudades con un holocausto nuclear por simples asuntos de alcoba, que hace vagar durante 40 años por el desierto sin ton ni son a los miembros de su supuesto pueblo "elegido" o que incluso perpetra un genocidio casi global en donde ahoga a prácticamente todos los humanos, animales y plantas.

Por eso, tal y como muy acertadamente indicó hace ya mucho tiempo el célebre político, escritor, filósofo, intelectual radical y revolucionario Thomas Paine la Biblia solo puede considerarse la palabra y la obra de un Demonio, así con mayúsculas.

Pero he aquí que el aborregado rebaño cristiano, haciendo gala de su ignorancia, estulticia y fanatismo es capaz de adorar a una entidad tan evidentemente psicopática como malévola.