Los ignorantes cristianos afirman sin pudor intelectual
alguno que somos los predilectos de una supuesta benevolente deidad, pero cualquiera
que tenga unos mínimos conocimientos de antropología y de historia solo puede
concluir que ese dios celoso y rijoso nos tuvo abandonados más del 90% del
tiempo y que tan solo ayer mismo (desde el punto de vista cronológico) decidió
mostrarse a unos pobres pastores de cabras de la Edad del Hierro para pedirles
que se mutilaran los genitales y que sacrificaran a sus hijos y después volvió
a dejar otros 2 o 3 mil años antes de decidir bajar a los pedregales de Judea
para hacer algunos estúpidos milagros y despeñar a una piara de gorrinos
supuestamente endemoniados para mostrar su particular poderío.
Y luego estos estúpidos seguidores del nazareno demente nos piden a los que utilizamos nuestro cerebro para su verdadera función, es decir pensar, que les debemos arrobado respeto ante la magnificencia de sus estúpidas creencias.
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