Si se analizan con una mínima perspectiva racionalista (algo de lo que carece el adocenado rebaño cristiano) las prédicas y la doctrina del nazareno milagrero sólo quedan dos opciones posibles, cada una de ellas a cual más inquietante para sus innumerables adeptos: Jesucristo o estaba un loco o pero aún, era un malvado como bien indica el siempre incisivo, pero más que racional, Hitchens.
No hay comentarios:
Publicar un comentario