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17 de agosto de 2025

El poder de la mente humana todo lo puede ¿seguro?

Desde hace milenios algunos iluminados llevan afirmado (sin prueba alguna por cierto) que el poder de la mente es capaz de alterar la realidad y de controlar las fuerzas de la Naturaleza: las conocidas y hasta las desconocidas, algo que evidentemente es la mejor muestra del casi infinito ego que poseen algunos ignorantes monos bípedos.

Casi desde nuestros más remotos orígenes la fértil, y también disparatada, imaginación humana ha supuesto que la voluntad de un simple primate sin pelo podía alterar (a su favor por supuesto) la realidad y que simplemente deseando algo muy profundamente, pensando, hablando, cantando y mucho más tarde escribiendo algunas palabras mágicas se podía modificar el clima, predecir el futuro, atraer a la caza, curar enfermedades, salvar las cosechas o proteger tanto a humanos como animales domésticos.

Y estos ritos milenarios de patética inacción frente a una Naturaleza cruel y despiadada, a la que le importamos lo mismo que la más simple bacteria, han tenido a miles de millones de seres humanos encadenados a la superstición y también al fanatismo, sin por supuesto alterar un ápice las condiciones del planeta.

Solo cuando los humanos hemos actuado como verdaderos sapiens, es decir razonando, comprendiendo y actuando con lógica y sobre todo con esa poderosa herramienta llamada Ciencia, hemos alterado la Naturaleza a nuestro antojo: combatiendo de manera efectiva terremotos, sequías, enfermedades y plagas, inundaciones y demás peligros para la Humanidad.

Es por ello que es evidente que si los humanos hubiéramos adoptado la Ciencia hace siglos, en lugar de dilapidar cerebros, dinero y recursos en erigir infinidad de inútiles templos dedicados a la ignorancia religiosa, hoy en día muy probablemente estaríamos a años luz en el conocimiento. 

 

 

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