Miles de millones de personas en el mundo viven sus vidas y
lo que es peor, quieren que los políticos dirijan los países con las retrógradas,
antidemocráticas y supersticiosas creencias emanadas de profetas dementes y
analfabetos de tiempos remotos.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.