Porque un dios preocupado por los humanos debería aparecerse con más asiduidad e incluso hasta el nivel de hartazgo a aquellos que no le conocen y no le adoran adecuadamente.
Así si Jesucristo fuera real estaría dando la lata a los budistas, jainistas o a los musulmanes, Alá debería hacer lo mismo con católicos, mormones o budistas, Ganesha debería estar encima de animistas, protestantes y ortodoxos rusos.
Pero el hecho de que estas supuestas deidades solo se “aparezcan” a los más analfabetos miembros de su particular rebaño es una prueba evidente de que todo esto es un triste asunto psicológico, cuando no terriblemente psiquiátrico.
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