Todas las religiones tiene reglas y dogmas “sagrados” cuya
finalidad es eliminar cualquier tipo de racionalismo y de pensamiento crítico
para convertir al creyente en un ser fácilmente manipulable, sin personalidad
ni control propios para terminar destruyendo la personalidad del individuo y
convertirlo en un esclavo mental incapaz de actuar por iniciativa propia y ser
un zombi en manos de los portadores de la divinidad que le explotarán (y hasta
le harán explotar literalmente) si eso sirve a los propósitos de la divinidad.
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