El increíble conocimiento que hemos atesorado los humanos acerca del casi inconcebible Cosmos indica taxativamente que nuestro planeta es menos que una infinitesimal partícula. Además, los estudios realizados en los dos últimos siglos por parte de miles de investigadores han demostrado (más allá de toda duda razonable, como se dice en las películas de juicios estadounidenses) que los sapiens solo somos una especie más de las decenas de millones que pueblan la Tierra y que no tenemos nada de especial, salvo quizás nuestra más que demostrada e injustificable soberbia.
Sin embargo es más que sorprendente que a pesar de las aplastantes pruebas en nuestra contra, he aquí que la inmensa mayoría de los humanos se creen los seres más especiales de este planeta y afirman que el Universo fue creado especialmente para ellos por una entidad atemporal y omnisciente que parece ser se aburría tanto que tuvo que inventarse unos monos bípedos y cabezones para convertirse en su mayordomo y así poder dedicar su tiempo a curar las hemorroides de viejas monjas seniles, a buscar pareja o conseguir trabajo para algún piadoso zoquete y a cumplir el resto de inanes y egoístas deseos de los miembros más descerebrados de esta siempre tan particular especie nuestra.
Es por ello que, tal y como muy irónicamente indica Carl Sagan en el siguiente y brevísimo video, si una civilización extraterrestre contactara con nosotros podría asegurar con todo el derecho del mundo que el nuestro es el planeta de los idiotas.
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