Aunque los religiosos afirman (mentirosamente por cierto)
que ponen su salud y su vida en manos de su salvador (Alá, Jesucristo o el dios
cocodrilo), sin embargo luego corren raudos al médico en cuanto se sienten
enfermos y solo cuando gracias a la moderna (y atea) medicina científica
sobreviven y están curados dan ofensivas gracias a su dios, despreciando por
tanto el trabajo de esos esforzados científicos, médicos y demás personal
sanitario que son los que en realidad les han salvado la vida.
Porque como muy irónicamente pregunta en este video Lawrence Krauss, si el devoto se está ahogando ¿preferiría que rezáramos por él o que le practicáramos la Maniobra de Heimlich?
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