A veces el humor y la sátira son más que suficientes para dejar en evidencia todo ese conjunto de increíbles estupideces reflejado en la Biblia, un libro por otra parte solo apto para semideficientes mentales profundos, que en cualquier sociedad mínimamente avanzada deberían estar tutelados por los servicios sociales para su propia seguridad y también para tranquilidad de aquellos que utilizamos nuestra cabeza para algo más que para llevar ridículos sombreros. ¡Que lo disfruten!
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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