Y después de todo este sufrimiento innecesario, visto con absoluto desprecio por la deidad, resulta que a ese psicópata celestial solo se le ocurrió bajar a la Tierra a violar a un mozalbete judía para pasearse por los pedregales judíos despeñando gorrinos endemoniados, caminando sobre las aguas y arruinando a honrados panaderos, viticultores y pescaderos circuncidados.
Y con este horrible bagaje aún a día de hoy millones de semideficientes mentales se arrodillan estúpidamente a rendirle homenaje.
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