Quizás no exista en el mundo una institución más surrealista y esquizofrénica que la que reside en el minúsculo (pero no por ello menos poderoso) Estado del Vaticano, en donde varias decenas de nuestras más brillantes y privilegiadas mentes se reúnen de forma periódica para intentan denodadamente, al más puro estilo del Sísifo mitológico y en el más precario (des)equilibrio mental, establecer puentes de unión entre los más avanzados conocimientos científicos que se suceden vertiginósamente, casi de manera exponencial con el conjunto de mitos, leyendas y supersticiones varias transmitido durante milenios de padres a hijos por el pueblo judío, escritos que posteriormente fueron reeditados y reinterpretados una y mil veces por la escolástica cristiana durante los dos últimos milenios.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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¿Quién se negó a mirar a través del telescopio de Galileo?
ResponderEliminarSegún la leyenda popular, cuando Galileo presentó su telescopio a cardenales de alto rango, jesuitas, filósofos aristotélicos y la Inquisición (elimine lo que no corresponda), se negaron a mirarlo. Esta historia se ha convertido en un cliché estándar para cuando queremos atacar a cualquiera que no acepte evidencias "obvias". Como el último capítulo de mi libro será sobre Galileo, pensé que debería tratar de encontrar las fuentes primarias de la leyenda. Así que le pedí al experto residente en Galileo de Internet, Paul Newall de la Biblioteca Galileana, que las buscara para mí. Su respuesta fue extremadamente interesante. https://bedejournal.blogspot.com/2006/11/who-refused-to-look-through-galileos.html
El problema no fue quien miró o no, sino que la Iglesia independientemente de lo que ve o de los hechos sigue anclada en ese absurdo mito de que una zarza colérica nos creó como monos especiales. Y somos tan especiales como un hongo, una bacteria o una mosca, es decir nada de nada en medio de una Naturaleza con cientos de millones de especies.
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