Una vez que la medicina se ha convertido en otro producto
más de la "libre" economía de mercado, cada vez menos diferente de la venta de
teléfonos móviles o de zapatos, la tendencia es a excluir a más ciudadanos (no
sólo del siempre olvidado Tercer Mundo) sino también a habitantes de las
supuestamente ricas y avanzados naciones del mundo occidental, personas que no
pueden costearse los cada vez más abundantes tratamientos o medicamentos que,
por motivos puramente económicos, se limitan o excluyen de las prestaciones de
la seguridad social.
Es por ello que, si la ciudadanía no se conciencia de que la medicina debe salir del juego del libre mercado, es muy probable que en unos pocos años el siguiente concurso sea la única posibilidad de supervivencia de los enfermos pertenecientes a los segmentos más desfavorecidos de la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario