Aunque está más que demostrado que solo la más absoluta imbecilidad religiosa
puede ser tan atrevida como para intentar lo que es más que imposible, no por
ello deja de sorprender que en pleno siglo XXI, en donde todas y cada una de
las afirmaciones de alguien se difunden por todo el globo y quedan para la
posteridad como muestra de la ignorancia y la locura, existan todavía profetas
dispuestos a quedar en evidencia por sus delirios.
Y así, ahí tenemos a un telepredicador hispano en esa siempre tan particular tierra de idiotizados profetas televisivos como son los EEUU, que se atrevió a ordenar (en su prepotente estulticia) a un huracán que no llegara a Florida, con los resultados que son por todos conocidos.
Y lo peor de todo es que este papanatas
sigue a día de hoy pastoreando a su rebaño de idiotizados e imbéciles borregos cristianos ¡ver para creer!
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