El cerebro humano es un órgano sujeto a la selección natural como cualquier otro. Y por ello no está obligado a funcionar de manera exacta, definiendo correctamente lo que es la realidad, sino que si produce alguna ventaja adaptativa puede perpetuarse a lo largo de los milenios aún cuando se equivoque.
El cerebro humano es una máquina de reconocimiento de patrones. Y mientras detecte adecuadamente más patrones correctos que incorrectos mantendrá una ventaja evolutiva para estos monos bípedos autodenominados sapiens.
Es por ello que en su búsqueda de patrones nuestro cerebro haya cometido el mayor de los errores: inventarse el mundo sobrenatural tal y como lo explica en el siguiente video el psicólogo experimental británico Bruce Hood ya que el cerebro humano detesta las incertidumbres y el azar; evolutivamente, ha sido programado para formularse preguntas sobre la esencia, la causalidad y la finalidad. Y cuando se encuentra con cuestiones incontestables por principio entonces, se inventa directamente las respuestas, la mayor parte de las veces de forma inconsciente.
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