Ahora que parece que el noviazgo entre el PP y el PSOE
avanza con paso firme, es hora ya de dejar de lado medias tintas y pasar al
siguiente nivel.
Así que a partir del sábado, cuando se haya consumado la traición
del PSOE a sus electores en particular (vivos pero también esos difuntos socialistas del pasado que en este momento estarán revolviendose en sus tumbas) y a la ciudadanía de izquierdas de este
país en general bien harían Mariano Rajoy y Susana Díaz en casarse por todo lo
alto en una ceremonia en donde celebre los esponsales (nacionalcatólicos por
supuesto, que a ambos se les llena la boca de España aún cuando sus secuaces
roban a manos llenas las arcas públicas) ese tenebroso Sr. X, amigo de
genocidas y consejero de grandes multinacionales y en donde el arzobispo de Toledo, el presidente de la patronal y el jefe del estado mayor de la defensa, los tres pilares de la España de siempre sirvan como testigos de tan magno evento. ¡Ah! y que lleve las arras ese más que sumiso Albert Rivera, el palafrenero de Rajoy. Y por supuesto que llamen a
su primer hijo Partido Nacional-Popular Exsocialista Español ¡cómo dios manda!
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