Como una imagen vale mal que mil palabras, hay ejemplos que
resumen en toda su extensión la eterna contradicción de unos creyentes que
dicen adorar a un dios todopoderoso, leer con devoción su sagrado libro y rendirse
sumisamente a sus inextricables designios mientras en realidad por otra parte hacen
todo lo posible para que no se cumpla su tgan deseada divina voluntad.
Porque esta fotografía de la cúpula de San Pedro en el
Vaticano coronada por un impío pararrayos
para impedir la sagrada ira divina que relata el
supuestamente libro revelado es toda una declaración de (in)creencia, cuando no
de ateísmo práctico, por parte de los supuestos representantes en la Tierra de
la siempre irascible deidad judeocristiana.
No les tientes que ya hay muchas sectas anticiencia como las de antivacunas como para que salga una antipararayos.
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