De sobra son conocidas las malas pulgas de ese iracundo Iahvé,
capaz de exterminar pueblos enteros y hasta la Humanidad al completo cuando no
se cumplen sus más que particulares deseos.
Y aunque llevaba bastante tiempo alejado de los asuntos
terrenales, el irascible diosecillo parece
ser que ha recibido la llamada de auxilio de ese pueblo suyo elegido formado
por circuncisos con tirabuzones. Y así ni corto ni perezoso ha decidido
castigar, tal y como nos informa un piadoso judío miembro del gobierno israelí,
a Italia con un par de terremotos por haber osado votar en contra del más que
sagrado estado de Israel en un debate en Naciones Unidas.
Y como siempre lo increíble del caso no es que haya un débil
mental que se crea semejante sarta de estupideces sino que no esté fuertemente
medicado y sin embargo tenga responsabilidades de gobierno en un país, no lo
olvidemos, que posee armamento nuclear.
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