Así, en la India millones de devotos hindúes creen que las vacas tienen naturaleza divina, porque albergan las almas de los dioses y que por tanto, todas ellas (incluido su orina y sus heces) son sagradas.
¿Y qué hacen estos devotos con tan sagrado conocimiento? Pues una de las mayores y más estúpidas asquerosidades que se le puede ocurrir a un analfabeto infectado por el virus de la fe: usar estos detritos ganaderos casi como si fuese el Bálsamo de Fierabrás para curar todas las enfermedades
y hasta para embadurnar con estos peligrosos residuos biológicos los cuerpos de los devotos e incluso las casas para así “proteger” a personas y viviendas del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario