A día de hoy, todos los creyentes con un mínimo de decencia
intelectual han aceptado la Teoría de la Evolución. Y como esta explicación es
totalmente atea, destruye hasta sus más “firmes” cimientos toda esa delirante
explicación de un creador omnisciente que sin embargo y a la vista de las
pruebas más bien parecería un ingeniero bastante chapucero.
Y esa misma explicación darwiniana nos encadena de la manera más sorprendentemente maravillosa con esas simples protobacterias que hace eones comenzaron el largo peregrinaje evolutivo de la vida y destruye toda esa falacia de la “importancia” de los humanos ya que todas las pruebas indican que somos simplemente unos pobres monos muy egocéntricos y nada más.
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