Frente a la casposa "libertad" de Ayuso y el resto
de la ultraderecha fascista de poder ir al bar, hay otra libertad, una verdadera
libertad, que es la libertad de mejorar gracias a los servicios públicos financiados con los impuestos.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
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