Parece ser que los actuales incendios en Australia están
siendo el campo de batalla entre diferentes confesiones religiosas.
Si ayer comentaba el absurdo de que un pastor
fundamentalista estadounidense atribuyera a la ira divina del dios protestante los incendios producidos en Australia,
resulta que otro grupo de fundamentalistas, en este caso mormones del devastado
país austral, ha afirmado que sus ruegos y oraciones a su dios han conseguido
que lloviera algo en las regiones afectadas y, que aunque esas precipitaciones no han
sido suficientes para apagar los incendios, han mejorado un poco la más que
terrible situación.
Así que visto lo visto, tendremos que esperar nuevos
acontecimientos para saber cuál de las dos divinidades acaba ganando esta
particular partida de ajedrez que está destrozando los frágiles ecosistemas de
la isla continente.
Aunque por supuesto existe otra explicación más sensata y
también más certera: que todos estos fundamentalistas estén como un cencerro. Por ello los psiquiatras deberían empezar a tomar cartas en el asunto, y medicar de
la manera más rápida a todos estos dementes que andan por el mundo con un
cerebro más que afectado por el siempre peligroso virus de la fe.
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