Este tristemente famoso video del niño predicador resume todos los ignorantes argumentos creacionistas como si de una caricatura atea se tratara y demuestra que la religión es un peligroso virus que destruye el raciocinio de los más pequeños.
Pero no se engañen, es muy triste observar a cientos de idiotizados
adultos coreando cada uno de sus absurdos sermones en el ejemplo más palpable
de que los creyentes repiten como miembros del rebaño cristiano las mismas
locuras inventadas hace ya milenios por profetas analfabetos.
Por cierto, no existe diferencia alguna entre este pobre niño
carcomido por el virus de la fe y el resto de telepredicadores, rabinos,
ayatolas
y sacerdotes, tal es el deplorable nivel intelectual de la religión que
iguala
a todo el mundo en lo más bajo de la escala mental.
Y por supuesto nadie
asume su responsabilidad e intenta alejar a este pobre crío de las
garras del más demente fanatismo religioso.
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