Vivimos en
un mundo en el que iletrados supersticiosos e irracionales tienen derecho al
voto. Y entonces, no solo arruinan sus vidas, sino también las del resto de los
ciudadanos como esta pobre descerebrada votante del PP que ahora, cuando la
sanidad pública de Andalucía ha sido desmantelada para beneficio de grandes
empresas, se ha dado cuenta que su diagnóstico de cáncer no tiene importancia
alguna y que va a sufrir las consecuencias de por (la poca) vida (que le queda)
de haber votado a miserables corruptos que la han dejado a ella, y
desgraciadamente también a otros muchos que nunca votarían a estos miserables,
al borde de la muerte.
En resumen, si eres un completo imbécil vota a la (ultra)derecha que, mientras te quitan derechos sociales y hasta tu propia vida, ellos se enriquecerán junto con las grandes empresas ¡y a tomar vientos la democracia!

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