Los “humildes” cristianos son en la práctica los individuos más impertinentemente arrogantes y prepotentes que puedan existir

Los cristianos acusan a los ateos y a los científicos de ser prepotentes y autosuficientes. Sin embargo, en la práctica los cristianos lejos de esas supuesta “humildad” que dicen profesar son los seres más más impertinentemente arrogantes que existen, puesto que sin ninguna prueba ellos afirman que existe un más allá (con un Cielo y un Infierno incluidos) en donde reinan una zarza ardiente, un nazareno demente y una paloma fornicadora y en donde una adúltera judía subió en cuerpo y alma (aunque no sabemos que come o que respira tal personaje).

Esos mismos cristianos afirmar sin rubor ni vergüenza intelectual alguna que todos los domingos y fiestas de guardar miles de fantoches vestidos de carnaval convierten en todo el orbe cristiano un trozo de pan y un poco de vino en el cuerpo verdadero y la sangre real de ese nazareno demente que supuestamente surfeaba en el mar sin tabla alguna, despeñaba gorrinos endemoniados por acantilados, curaba a leprosos y ciegos sin medicina alguna y sobre todo hacia competencia comercial deslear a honrados panaderos, vinateros y pescaderos circuncidados.

Pero eso sí, que quede bien claro que los cristianos son “humildes” en sus más que delirantes afirmaciones, a los cuales debemos mostrar el debido respeto aun cuando es evidente que deberían estar (primero por su propio bien y después para tranquilidad de los racionalistas) fuertemente medicados y sujetos a los expertos cuidados profesionales del gremio de la psiquiatría.