El que un dios benevolente pudiera castigar a una eternidad
de sufrimiento, dolor y torturas a unos pobres monos bípedos por los pecados cometidos
en una corta vida únicamente muestra la miseria moral y la infinita maldad de
esos profetas dementes que llevan torturando psicológicamente a los humanos
desde hace milenios.
En realidad el libraco ese venía a decir que los que no creían en dios acabarían sus cuerpos (literalmente, el concepto de alma es algo más tardío) en el vertedero de basuras, en el valle de Hinon, donde se quemaban, pero no era sufrimiento, sino muerte total y absoluta, sin la resurrección prometida, pero como eran colonia griega se mezcló con el concepto de inframundo tanto griego como el de las culturas vecinas, el concepto de alma, que es una mala traducción lo que vino de puta madre para controlar a la población. Han pasado dos milenios y ahí sigue ese concepto.
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