Si Dios se toma tantas molestias para esconderse ¿a qué narices pierden el tiempo los creyentes en intentar demostrar su presencia?

Dios está haciendo tan buen trabajo escondiéndose de sus supuestos seguidores que es evidente que solo hay dos opciones: o no existe en realidad o después de haber sido horriblemente torturado y asesinado ahora no se atreve a mostrarse ante todos esos miles de millones de descerebrados que llevan su potro de torturas en forma de cruz colgado con orgullo en sus cuellos.