El divertido, pero siempre racionalmente irónico
Bill Maher muestra que no existe ninguna diferencia entre los cuentos
infantiles y la Biblia, solo que los primeros dejan de hacer gracia a
los 10 años y la última es seguida estúpidamente
por adultos que en realidad son semideficientes mentales.
A ver, en los cuentos infantiles no hay genocidios, ni asesinatos en masa, ni incesto, violaciones, mutilaciones, etc...
ResponderEliminarEs que los cuentos de la religión son muy "gore" y quizás por ello gustan tanto a los idiotizados creyentes.
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