Los creyentes juegan tramposamente con dos barajas a la hora
de hablar sobre su dios. Primero empiezan afirmando que el dios que puso en
marcha el Big Bang y ya de paso todo el Universo es incognoscible, para
enseguida asegurar sin duda alguna que este dios “misterioso” prefiere contradictoriamente a los hombres
barbudos, con tirabuzones o completamente afeitados, vestidos de riguroso traje
negro o con una túnica azafrán, que está prohibido comer carne de vaca o de
cerdo, que a la deidad le agradan las mujeres sumisas y serviles, que debemos
arrodillarnos los viernes, los sábados o los domingos y el resto de alienantes
y estúpidos rituales inventados por analfabetos dementes para solaz de
semideficientes mentales, tal y como muy irónicamente indica Yuval Harari en el
siguiente video.
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