Hace ya algún tiempo, la consejería de Educación de la comunidad autónoma de Castilla y León (pilotada como no por la ultraderecha patria) decidió que los niños pequeños deben aprender cuanto antes los mecanismos básicos del descarnado y depredador sistema económico neoliberal, para que así pudieran integrarse cuanto antes como verdaderos elementos productivos en la maquinaria de explotación global.
Para ello repartió en los colegios públicos de la región
un manual de economía para niños menores de 12 años en donde se les "enseñaba" que
debían empezar a trabajar cuanto antes, imagino que por eso de igualar nuestras
competitividad como país con esos modelos como Bangladesh, que nos llevan años
de distancia a la hora de "integrar" a los menores en el sistema productivo.
¿Y para qué quieren los doctos gobernantes neoliberales que
trabajen los niños castellano-leoneses? Pues no se crean que para que los
chavales se gasten el dinero en chucherías, sino para que empiecen a generar
excedentes de capital, que por supuesto como buenos ciudadanos, deberán invertir en acciones de
multinacionales ya que como bien indica el manual así podrán acabar siendo los
dueños de grandes empresas como
"Apple, Coca Cola o Walt Disney"
Porque todos sabemos que unos pocos euros conseguidos por
hacer un par de recados o pasear al perro del vecino cualquier chaval puede lograrse un porvenir y así comprar
suficientes acciones para acabar entrando en el consejo de administración de
Coca Cola.
Pero quizás lo más deleznable de todo este vomitivo
adoctrinamiento neoliberal sea el ejemplo en el que se anima a los chavales
prepúberes (no lo olvidemos) a convertirse en tiburones financieros, que
especulen con las necesidades más básicas de los demás. Así, tal y como indicaba en su momento el siguiente video de denuncia que subió a la web una profesora
el manual indicaba que los niños deberían dirigir sus
"inversiones" a los mejores activos financieros: los alimentos
básicos como el trigo. ¿Porqué? pues como son bienes de primera necesidad la
gente no puede dejar de comprarlos por mucho que suba su precio. Que luego los
pobres del Primer Mundo o la inmensa mayoría de los del Tercer Mundo acaben en
la miseria o mueran de hambre sería un más que secundario daño colateral.
Pero eso sí, los chavales castellano-leoneses se habrán convertido en ciudadanos útiles al sistema productivo globalizado y después podrán ser incluso homenajeados por haberse convertido en eso que está tan de moda: "emprendedores" que "crean riqueza".
Pero eso sí, los chavales castellano-leoneses se habrán convertido en ciudadanos útiles al sistema productivo globalizado y después podrán ser incluso homenajeados por haberse convertido en eso que está tan de moda: "emprendedores" que "crean riqueza".
Y, doy por supuesto, que la posibilidad de perder hasta la camisa ni se contempla en el libro...
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